lunes, 8 de septiembre de 2008

Preparar Parilla con Papa Dios

Los domingos han sido ocasión de encuentro familiar. A muchos le gusta dormir un poco más de lo habitual. A otros, un desayuno especial con abundancia de arepas, perico y juguito de naranja. A la mayoría, le gusta todo y mucho más. Lo importante es saber que sea cual sea nuestra condición civil o laboral, salvo ciertas excepciones que ameritan seguir trabajando intensamente y sin interrupción, el domingo es el día para compartir con nuestros seres queridos y allegados mediante el descanso.



El descanso es, como decía un reconocido Santo católico, ¨hacer cosas o actividades que requieran menos esfuerzo¨.



Ir a la playa, leerse un buen libro, subir a la montaña, ir a la hacienda, desayunar empanadas en el Palito, sumergirse en el río, relajarse en las aguas termales de Trincheras, entre muchísimas otras, son planes de descanso. Lo sabroso de ello es hacerlo en compañía de hermanos, primos, vecinos, compañeros de trabajo, amigos del colegio o la infancia.



Definitivamente, saber que es el día apropiado para recrearse en conjunto, contarse los detalles de la semana que pasó, y los planes para la que empezará a la mañana siguiente.


De igual manera, la Misa dominical es el ratico en el que Papa Dios nos invita a compartir un rato con él. Es ahí cuando nos pide que le incluyamos en nuestros planes de paseo. Antes de irnos a pasear en bicicleta, al cine, a jugar fútbol, o a cualquier otro lugar, es importante recordarnos que Papa Dios también es un ser querido, el más querido, que nos invita semanalmente a su casa para que le contemos los detalles positivos y negativos de todos nuestros asuntos.



Ir a Misa, parafraseando a autores teólogos, es conversar con Papa Dios sobre lo que nos preocupa, nos gusta, sobre lo que queremos hacer y no ha salido bien, o simplemente lo difícil que se nos hace alguna obligación diaria.



En la Misa está presente Dios y la Virgen mirando y oyendo a todos sus hijos, para alimentar nuestra voluntad y poder recomenzar la semana siguiente con más entusiasmo. No importa la Iglesia ni la hora- cada quien lo hace de acuerdo a sus circunstancias- lo que sí vale la pena es organizarse bien durante el fin de semana para cumplir con nuestro mejor amigo que nos cuida en todo momento. Es sólo una hora.



Hoy día, muchos se niegan a esta invitación pensando que son los adultos o abuelitas quienes van a la capilla por no tener otra cosa que hacer. Pero quien ha recorrido varias iglesias venezolanas, se asombra ante muchas de estas que, mayormente, son visitadas por jóvenes. De ellos, un gran grupo asiste con su pareja, amigos, familia, o incluso todos juntos. Luego, lo más común es que organicen alguna reunión en una de las casas, o centro social cercano.



De ahí la conclusión de que el domingo es el día de descanso y del Señor. Desde la creación, Papa Dios trabajó de lunes a sábado, ¨vió que todo era bueno¨, tras haber creado la noche y el día, el agua, las plantas y los animales. Y, finalmente, después de aquella ardua labor, se levantó e instituyó el séptimo como día de descanso.



Es bastante sencillo planificar el domingo si primeramente le damos espacio a la Misa. Para nuestra comodidad, la celebración Eucarística de los sábados en la tarde, son válidas para quienes tienen previsto un largo paseo.


Así, el viaje a Tucacas, a la Colonia Tovar, a los valles carabobeños, el almuerzo en casa de la abuela, o cualquier otra ruta, no es un motivo de suspensión si el día antes, o a primera hora de la mañana, vamos a contárselo a nuestro señor. También, hay muchas iglesias que celebran Misa hasta las 8pm de cada domingo.


Qué alegría es pasar por la misa y decirle, en tono de 2 panas que conversan confiadamente, ¨Papa Dios, mañana planeamos hacer una parrillita, y luego meternos al río. Acompáñanos para que nada malo nos pase y la disfrutemos mucho más contigo¨.

No hay comentarios: