lunes, 8 de septiembre de 2008

Reflexión desde la Autopista

A partir del concepto técnico de la palabra perdón no es posible esquematizar su esencia. Hay muchos tipos y formas de perdonar. Básicamente, lo necesario para entender el término es que se trata de una cuestión intangible, netamente divina porque fue Nuestro Señor, el Creador de la tierra y de cuanta maravilla existe, el primero en vivir esta extraordinaria práctica.



Esta característica ya convierte al perdón en una virtud presente en los corazones de todo hombre, mujer, anciano y niño de cualquier rincón del mundo. Esto resulta sencillo de comprender y justificar. ¿Por qué Dios perdona tantas veces y hay tantas personas que le dan la espalda e ignoran sus enseñanzas? No soy teólogo, pero si sé, -porque lo siento y aprendo cada día-, que fuimos concebidos a su imagen y semejanza, configurados de un disco duro particular para ejercer una función específica en el medio en el cual nos encontremos.


Entonces, debemos seguir el ejemplo del Padre Nuestro, al igual que los hijos en el mayor de los casos, intentan poseer las cualidades de sus padres. Éstos a su vez procuran orientar la educación de aquellos, de acuerdo a la que ellos recibieron.


Perdonar es borrar la deuda de alguien que nos perjudicó. Por eso insisto: si el perfecto Dios y perfecto hombre no se ha cansado de perdonar con el cariño, amor y alegría de un padre, cuánto más deberemos nosotros perdonar a los demás.



Por ello, esta realidad otorga un soporte completo al perdón como herramienta divina, que todos los hombres pueden utilizar para corregir las limitaciones que le impiden ser coherentes y rectos en nuestra relación con los demás.Sin embargo, quiero relatar una experiencia que me ayudó a entender el significado del perdón, y a considerarlo uno de mis grandes compañeros del trabajo diario.


Hace algún tiempo, en uno de los tantos recorridos que a diario necesité hacer para llegar al salón de clases de la universidad, experimenté un momento de extremo peligro. La camioneta en la que viajábamos tres compañeras y yo, se volcó debido a un desperfecto mecánico. Ellas se habían abrochado el cinturón de seguridad antes de salir. Yo en cambio, no me lo puse y me convertí en el protagonista de las consecuencias de aquel desagradable siniestro.


De pronto, una vez que cerré los ojos dando por hecho mi partida hacia la otra vida, me encontré acostado en el centro de la zanja de la autopista, con fracturas y heridas por todas partes. Mi reacción inmediata, no pudo ser otra que agradecer al Jefe Supremo la oportunidad de estar con el corazón latiendo, y la mente más despierta que nunca aunque estaba totalmente desfigurado de rostro y con la columna vertebral prácticamente inservible, mis emociones se centraban en aclamar una y otra vez que estaba vivo. Ese día, conocí en carne propia el perdón.


De no ser por Él ahora mi féretro estuviera tres metros bajo tierra.


Desde aquel momento no he cesado de sentir e intentar transmitir lo fácil que es perdonar a los demás. Todos somos iguales. Tenemos el mismo número de órganos y rasgos físicos. No somos perfectos, ni mejores que otros. Estamos hechos de la misma pasta.



Con este ejemplo es más fácil entender lo sencillo que es perdonar. Además, si Dios me perdonó a mí, yo debo perdonar a los demás. Después de haber estado entre la vida y la muerte, esta es la enseñanza más importante que conserva mi mente. Por Dios estoy aquí. Porque me pudo negar la posibilidad de seguir al lado de mis seres queridos; a Él, le interesan todas las almas y es infinitamente misericordioso.


En consecuencia, es provechoso comparar las dos situaciones que a pesar de desarrollarse en planos diferentes, guardan estrecha relación porque provienen del mismo ser y una es posterior a la otra. La primera es el perdón sobrenatural, y la segunda y menos difícil porque se desarrolla en nuestra existencia diaria, es el perdón natural, el que se manifiestan entre sí los hombres y mujeres de la tierra. Quizá para muchas personas sea difícil perdonar.


Pero, al igual que cuando borramos algún error ortográfico del cuaderno de notas, y continuamos escribiendo sin darle importancia a lo sucedido, apartar de nuestra mente un error humano de cualquier tipo, permitirá demostrarle a la persona que todavía seguimos creyendo en ella. De lo contrario, carecería de sentido estar ofendidos y no intentar remediar la situación.


Muchos conflictos sobrevienen por la incapacidad de no comprender que los demás también se equivocan. Eso se llama egoísmo. Si esto se viviera, muchas guerras se hubieran podido evitar. Antes de juzgar a personas o grupos, debemos dialogar y descubrir que podemos entendernos y así salir todos beneficiados.


Definitivamente, mas allá de ofrecer una breve teoría, la mejor manera de vivir la virtud del perdón es comenzándola a practicar...

Café con Leche y sin Azúcar



Estamos en Cuaresma. Los 40 días a partir del miércoles de ceniza, en los que Papa Dios se sacrificó por nosotros, pasando hambre, frío y todo tipo de molestia física. También, cuenta la historia de la Iglesia que durante aquellas largas jornadas, Dios hecho hombre, de carne y hueso como nosotros, fue tentado varias veces. No vamos a extendernos en materia teológica. Pero si tener una idea básica para que podamos vivir mejor esta época del ano.


Dentro de nuestra rutina diaria, podemos y debemos participar en el tiempo cuaresmal. El Papa Benedicto XVI nos recuerda que así como Cristo se sacrificó por nosotros, también nosotros debemos corresponderle a través del ayuno, el sacrificio y la generosidad con todo aquel que nos rodea.


Llevado a la práctica corriente, la Cuaresma debe ser motivo de reflexión y acción en cada uno. Podemos empezar absteniéndonos o reduciendo la cantidad de algún alimento muy deseado. Unos, por ejemplo, optan por comer menos cantidad del plato preferido. Otros, de igual forma, toman agua en vez de un jugo natural.


Sobretodo en la propia Semana Santa, es muy común ver gente que no consume licor, o lo hacen con menor frecuencia de lo habitual. Así, cada quien y de acuerdo a sus circunstancias de vida y edad, elige un pequeño sacrificio o esfuerzo adicional para ofrecerle a Papá Dios en agradecimiento por las cosas recibidas.



Siempre hemos visto que cuando se trabaja en equipo, los resultados son más óptimos. La familia, el colegio, el juego de fútbol, la partida de dominó, las rumbas, los sancochos familiares, están protagonizadas por las relaciones interpersonales; por compartir con compañeros, padres, tíos, vecinos, colegas, contrincantes. Entonces, los 40 días previos a la Semana Mayor, son una excelente ocasión para ejercitar la caridad con esa gente a la que diariamente tratamos. Practicar esta generosidad es ayudarlos y darles un cariño especial a todos ellos de una manera desinteresada, aunque muchas veces no tengamos tiempo, o la persona favorecida no sea de total agrado.


Del mismo modo, la cuaresma es un período muy útil para profundizar acerca de nuestro plan de vida, a través de un contínuo diálogo con Papá Dios. Rezar no solo es ir a Misa, ni tampoco es solo para los ancianos. A muchas personas le da pena hacerlo, o incluso hablar del tema, y resulta que es tan común y agradable como escuchar música o echar cuentos con un gran amigo. Rezar es conversar con Papa Dios, en el lenguaje más sencillo posible, acerca de nuestras ocupaciones, molestias, alegrías y fracasos.


El es nuestro mejor amigo. Cuando vamos camino a la playa, estamos subiendo cerro, o mientras esperamos en la parada del autobús para ir a clases o al trabajo, podemos aprovechar para contarle nuestras cosas, y sobretodo, pedirle ayuda para ser mejores en nuestras obligaciones.


El hecho radica en comprender que la Cuaresma es para acercarnos más a El. No hace falta cambiar de estado, ni ocupación. Desde cualquier lugar u oficio, casados, solteros, enamorados, despechados, con los panas, en la casa, o desde la misma discoteca, ofrezcámosle algún gesto particular, agradeciendo que siempre ha estado ahí.


Al levantarnos, en el transcurso de estos días, podemos tomarnos un cafecito bien sabroso con leche y poca azúcar, como remedio a cualquier falta que podamos tener, mientras le pedimos al de allá arriba que nos eche una manito en aquello que mas nos cuesta y tanto anhelamos obtener: un mejor sueldo, una excelente esposa, un marido especial, salud para la familia, un mejor puntaje en esa materia que nos amarga la vida, que mejore la situación del país, o que el jefe no nos haga la vida imposible…

¨Pilas¨ con la Burrundanga

Recientemente se han visto muchos casos de personas víctimas de la burundanga. Esta es una sustancia psicotrópica proveniente de una planta llamada Brugmansia o Belladona. La misma tiene la desagradable función de apoderarse de la persona afectada para que tome decisiones totalmente contrarias a su voluntad y principios. Con una leve inhalación, ingesta o tacto, al cabo de 2 minutos, la mente se adapta por completo a las indicaciones dadas por los demás. Según la historia, las viudas de las tribus indígenas la utilizaban para olvidar su dolor y no sentir nada cuando luego morían quemadas. Después, se usó como componente curativo tranquilizante.


Desde hace varios años, la burundanga se puso de moda en Colombia. Los delincuentes la aplicaban a sus víctimas para que estos hiciesen lo que se les pidiera: arrebatarle sus pertenencias, e incluso someterlos a actos ilícitos o inmorales. El ¨burundangado¨, como se le conoce a quien sufre las consecuencias de este veneno, nunca recordará lo que hizo bajo su efecto. El modus operandi puede ser en los lugares más comunes: el autobús, la panadería, la cola de un banco, entre muchas otras. He aquí la gravedad del asunto. En los últimos años, muchos venezolanos han vivido esta amarga experiencia.



Hace poco, el amigo ¨Cheo¨ estaba en la panadería cercana a su casa, cuando de pronto alguien lo llamó por su nombre, le dio un abrazo y no se acuerda de más nada sino hasta el día siguiente cuando se levantó de su cama. Comenta Cheo que le vaciaron la casa completa con la ayuda de él mismo. Nunca supo qué pasó ni quién lo indujo a semejante robo. Lo peor fue que durante los siguientes 4 días manifestó un cambio fuerte de carácter. Según sus familiares y vecinos, él estuvo muy violento con la gente. Finalmente, hacia el fin de semana, recobró su verdadera identidad. Cheo es uno de los casos comunes de la burundanga. Como él, hay muchísimas otras personas.

Por ello, la recomendación hecha por los criminólogos es mantenerse atento con quienes transitan alrededor nuestro. Tener mucho cuidado con las personas desconocidas que deseen saber la hora, o quieran entregar alguna hoja informativa. También, es conveniente evitar ir a baños públicos. En caso de ser necesario, ir siempre con alguien. Así mismo, hay que tratar de ir a las discotecas en grupo, y estar siempre pendiente de los demás. Aunque parezca exagerado, la burundanga es muy común en los tragos despachados desde la barra.


Si no lo creen, el amigo Alberto lo puede corroborar.


Estando todos celebrando el fin de semestre en la universidad, fue al baño y nunca regresó. Al día siguiente se supo que entre 3 personas lo llevaron a su carro para despojarle la billetera y otros objetos.


Por suerte, el vigilante sospechó la situación e hizo que los antisociales se alejaran rápidamente. El hermano de Alberto lo rescató en aquella discoteca maracayera, lo llevó al hospital, y tras asignarle un tratamiento para la desintoxicación de burundanga ingerida, la historia terminó.


Pudo haber sido peor. Los amigos de Alberto supimos de su estado a la mañana siguiente. De ahí la insistencia de permanecer siempre junto al grupo y no ir solo a ninguna otra parte. Es una cruel realidad. Pero a través de una campaña de prevención, los riesgos se pueden reducir.

Preparar Parilla con Papa Dios

Los domingos han sido ocasión de encuentro familiar. A muchos le gusta dormir un poco más de lo habitual. A otros, un desayuno especial con abundancia de arepas, perico y juguito de naranja. A la mayoría, le gusta todo y mucho más. Lo importante es saber que sea cual sea nuestra condición civil o laboral, salvo ciertas excepciones que ameritan seguir trabajando intensamente y sin interrupción, el domingo es el día para compartir con nuestros seres queridos y allegados mediante el descanso.



El descanso es, como decía un reconocido Santo católico, ¨hacer cosas o actividades que requieran menos esfuerzo¨.



Ir a la playa, leerse un buen libro, subir a la montaña, ir a la hacienda, desayunar empanadas en el Palito, sumergirse en el río, relajarse en las aguas termales de Trincheras, entre muchísimas otras, son planes de descanso. Lo sabroso de ello es hacerlo en compañía de hermanos, primos, vecinos, compañeros de trabajo, amigos del colegio o la infancia.



Definitivamente, saber que es el día apropiado para recrearse en conjunto, contarse los detalles de la semana que pasó, y los planes para la que empezará a la mañana siguiente.


De igual manera, la Misa dominical es el ratico en el que Papa Dios nos invita a compartir un rato con él. Es ahí cuando nos pide que le incluyamos en nuestros planes de paseo. Antes de irnos a pasear en bicicleta, al cine, a jugar fútbol, o a cualquier otro lugar, es importante recordarnos que Papa Dios también es un ser querido, el más querido, que nos invita semanalmente a su casa para que le contemos los detalles positivos y negativos de todos nuestros asuntos.



Ir a Misa, parafraseando a autores teólogos, es conversar con Papa Dios sobre lo que nos preocupa, nos gusta, sobre lo que queremos hacer y no ha salido bien, o simplemente lo difícil que se nos hace alguna obligación diaria.



En la Misa está presente Dios y la Virgen mirando y oyendo a todos sus hijos, para alimentar nuestra voluntad y poder recomenzar la semana siguiente con más entusiasmo. No importa la Iglesia ni la hora- cada quien lo hace de acuerdo a sus circunstancias- lo que sí vale la pena es organizarse bien durante el fin de semana para cumplir con nuestro mejor amigo que nos cuida en todo momento. Es sólo una hora.



Hoy día, muchos se niegan a esta invitación pensando que son los adultos o abuelitas quienes van a la capilla por no tener otra cosa que hacer. Pero quien ha recorrido varias iglesias venezolanas, se asombra ante muchas de estas que, mayormente, son visitadas por jóvenes. De ellos, un gran grupo asiste con su pareja, amigos, familia, o incluso todos juntos. Luego, lo más común es que organicen alguna reunión en una de las casas, o centro social cercano.



De ahí la conclusión de que el domingo es el día de descanso y del Señor. Desde la creación, Papa Dios trabajó de lunes a sábado, ¨vió que todo era bueno¨, tras haber creado la noche y el día, el agua, las plantas y los animales. Y, finalmente, después de aquella ardua labor, se levantó e instituyó el séptimo como día de descanso.



Es bastante sencillo planificar el domingo si primeramente le damos espacio a la Misa. Para nuestra comodidad, la celebración Eucarística de los sábados en la tarde, son válidas para quienes tienen previsto un largo paseo.


Así, el viaje a Tucacas, a la Colonia Tovar, a los valles carabobeños, el almuerzo en casa de la abuela, o cualquier otra ruta, no es un motivo de suspensión si el día antes, o a primera hora de la mañana, vamos a contárselo a nuestro señor. También, hay muchas iglesias que celebran Misa hasta las 8pm de cada domingo.


Qué alegría es pasar por la misa y decirle, en tono de 2 panas que conversan confiadamente, ¨Papa Dios, mañana planeamos hacer una parrillita, y luego meternos al río. Acompáñanos para que nada malo nos pase y la disfrutemos mucho más contigo¨.

Un Profesor en la Embajada

Hace algún tiempo, estuve en una interminable cola en la embajada americana. Al principio, cada quien estaba concentrado en prepararse para las indeseadas entrevistas con el funcionario de inmigración. Pero siempre, como es costumbre, la cualidad sociable del venezolano de hablar íntimamente hasta con los desconocidos, dieron paso a una amena conversación colectiva.

Una joven abogada muy inteligente me empezó a contar sobre su interesante trabajo, mientras criticábamos el terrible calor que azotaba aquella mañana caraqueña. Enseguida, un señor que acompañaba a su hijo, nos preguntó a cada uno ¿A qué se dedican Uds?. Después de haberle respondido, yo le formulé la misma pregunta. Y desde entonces, sentimos los ahí presentes la cátedra de un verdadero ejemplo de trabajo.

Aunque no puedo recordar su nombre, el señor, de un medio siglo de vida, era ingeniero civil.
Durante su relato, comentó que tenía una franquicia de empresas de estética femenina, consultoras de finanzas, contratistas para construcción y numerosos proyectos más. Un verdadero empresario. Por supuesto, entre aquellas palabras combinadas con sorbos de agua para soportar la difícil y creciente temperatura, el conferencista, con mucha sencillez y humildad en su discurso, nos reveló que su próximo plan era la creación de un producto similar al cemento, pero a base de otros componentes como el azufre.

Honestamente, no soy experto en materia química, pero lo que verdaderamente nos asombró fue la astucia de ese señor, que no conforme con tener varias fuentes de ingreso dentro y fuera del país, nos dio una verdadera enseñanza de cómo se puede resolver la actual escasez de cemento, y que no descansará hasta lograr su propósito.


A simple vista, se le notaba su alto nivel de preparación técnica. Personas así son de mucho ejemplo para quienes estamos empezando a servirle al país. Los profesionales de este tipo dan lo mejor de su talento para contribuir con el desarrollo de la nación.

De este modo, las largas esperas en un banco o una oficina pública, pueden convertirse en un medio de aprendizaje sobre cualquier tema.

La otra señorita presente, dedicada al derecho, y yo, nos quedamos asombrados ante cada palabra pronunciada por el ingeniero desconocido. Paradójicamente, muchas personas de la cola estaban a la espera de la aprobación de la visa americana para emigrar de nuestra Venezuela querida. Y este hombre, en cambio, nos enseñaba que mucho podemos hacer si nos proponemos crecer profesionalmente y llevar a la práctica lo aprendido.


Los resultados de esa estrategia no pueden ser otros que explotar los recursos del país con el potencial intelectual y laboral de cada persona. El hombre y su familia, quienes iban a tramitarle una visa de estudio a su hijo, dijo antes de cambiar de tema “Lo último que haría es irme de este país”.



No puedo negar que quien les escribe estas líneas, ha vivido fuera por varios años. Pero de que Venezuela es un país rico en gente, en personas con mucha creatividad y sentido del humor, en bellezas naturales, condiciones climáticas y muchos otros factores, nadie tiene argumentos suficientes para ponerlo en duda.



De manera conclusa, lo único bueno que me llevé de aquella mañana fueron las gratuitas lecciones de negocios. La renovación de la visa me fue negada. Luis Daniel Ramírez Gil

¿Arepas o Hamburguesas?

Dedicado a todos los que emigraron al aeropuerto de Miami

Desde hace algunos años, la situación política de muchos países se ha vuelto muy difícil. Al principio, la idea de marcharnos a otros territorios no nos convence por completo. A todos nos gusta quedarnos con nuestra familia, trabajando en cualquier cosa que sepamos hacer, comer suculentos y típicos platos, propios de cada región, disfrutar las maravillas naturales que el ambiente nos regala, entre otras cosas.


Pero con el tiempo, la jornada semanal se convierte en una lucha contra corriente en la que los padres de familia, sobretodo, deben hacer milagros para conseguir pan y techo a todo los miembros de su equipo.


Nosotros, los más jóvenes, escuchamos consejos de adultos que dicen “Mijo, váyase de aquí, esto no tiene futuro”. De igual forma, adonde quiera que vayas el único tema de conversación desde la mañana hasta la noche, gira en torno a la incertidumbre de lo que realmente pasara más adelante.

En el caso particular venezolano, muy conocido por casi todos Uds., quienes llevamos este gentilicio en la sangre hemos perdido prácticamente nuestra dedicación a los quehaceres diarios, pensando que nada vale la pena en un entorno político y social que con todo quiere acabar.


Adicionalmente, cualquier conocido de origen cubano te convencerá de abandonar a tu tan amada “pequeña Venecia” (significado de la palabra Venezuela), antes de que el Tirano gerente de Miraflores prohíba la salida a toda persona nacida en ella. Enseguida, la visa norteamericana se presenta como la alternativa más rápida y cercana. Decides empacar tus maletas, te reúnes con tus seres queridos para compartir una amena despedida, muchos de ellos aislados y reacios de abandonar su cuna aun sabiendo el crítico panorama de vida.


Al principio, todo va “bien”. Ahora, al bajarte del avión, te debes convertir en un maestro de la oratoria para convencer al funcionario de inmigración que la razón de tu viaje es puramente de descanso y compras. Si te traiciona el subconsciente, o te domina la honestidad, tu destino será el popular “cuartico”, adonde la mirada de 10 o más hombres uniformados de molestia al inmigrante, enjuiciaran tu entrada al país mediante un interrogatorio en el que, hasta que demuestres lo contrario, tu eres un delincuente. Sin embargo, ya lo peor paso, tu tarjeta de inmigración I-94 fue estampada con los 6 meses requeridos para empezar una gestión migratoria que aún desconoces la forma en cómo se abordará.


Sales del aeropuerto, con una sonrisa gestual, amparado por una legalidad en el pasaporte. Pasan los días, y debes empezar a buscar un oficio que generalmente será lo menos parecido a la carrera u ocupación que ejerciste en tu tierra natal, horas antes de cambiar de rumbo. Las amistades no te abandonan, intercediendo para conseguirte algún “puestico” de trabajo en el warehouse (almacén) u oficina adonde se encuentren en ese momento. Sigues observando las cuadriculadas calles de Miami, y los letreros de “Now Hiring” (se solicitan trabajadores) contrastan con las compañías venezolanas que tácitamente dicen “Now Firing”, es decir, “estamos despidiendo”.


Así, van pasando los días, limpiando platos en un restaurante, repartiendo pizzas a domicilio o, los más afortunados, desempeñan una mejor función dentro de una empresa de logística o de exportación de rubros hacia Suramérica; principales fuentes económicas en el sur de la florida. Obviamente, todo trabajo es digno e importante, siempre y cuando lo realices con esmero y responsabilidad. De esta manera, escuchas unas sabias palabras que te explican la realidad de la situación: ¨El que viene de otro país, vuelve a nacer, a empezar desde cero¨. No importa si eres blanco, negro, rico, pobre, joven o viejo. Definitivamente, se inicio la escritura de un nuevo libro sin relación alguna con el publicado anteriormente. Venezuela quedo atrás.


Ahora, debes olvidarte de tu supuesta intención de viaje: compras y placer. Reunir dinero y conseguir un buen asesor jurídico será tu proyecto de llegada. La balanza te enseña que los abogados reconocidos, a sabiendas de tus escasos conocimientos en materia migratoria, te plantearán la alternativa más complicada para que tu inversión les fortaleza su economía personal. Como en todas las áreas, sí habrá una porción de ellos verdaderamente comprometidos con la ética legal.


Pasan los meses, y comienza el primer capítulo del libro antes mencionado: me darán los papeles, o no. Tu ida a corte y a la oficina de tu asesor, serán más frecuentes que comprar comida en el supermercado. Al mismo tiempo, el nuevo sistema te hace sentir como una molestia, un intruso. Recuerdas la historia venezolana, cuando los europeos fueron recibidos cordialmente, como uno más de tu país, para que retomaran la posibilidad de vida que los conflictos bélicos mundiales les habían arrebatado injustamente.


Por supuesto, aprendes también que ese es el único camino que debes recorrer para continuar tu misión en esta vida: trabajar, estudiar, fundar un proyecto familiar. En conclusión, desarrollarte como persona y, principalmente, ser feliz. Todo el mundo digiere el amargo sorbido de presentarte antes un juez de inmigración quien te autorizará, o no, tu ingreso definitivo al “sueño americano”.


Por tal motivo, o verdaderamente importante en cada persona, no es adónde vivas o a quien tengas de vecino, sino la personalidad y costumbres que emprendas en cualquier lugar de la geografía mundial. En un país adonde la hamburguesa es el plato típico, las arepas también son bienvenidas.

La Ex pareja Ejemplar

Recientemente, comencé un diplomado en el área de mercadeo y ventas que ofrece una institución de la Universidad de Carabobo. En el primer módulo, estudiamos la Programación Neurolingüística (PNL), a cargo de un prestigiosísimo profesor de Maracay. Este hombre es un verdadero orador.


El grupo que ahí asistimos permanecimos hasta 4 horas bajo su orientación, en las que el aburrimiento y la fatiga desaparecen por completo. Le tomamos mucho cariño.


En contra de nuestra voluntad, una de las últimas clases fue dada por otra señora, colega y compañera del docente aragüeño. El nos había comentado que tras su ausencia, esta persona tenía muy buenos conocimientos en el área, y además su dinámica era muy parecida.


El día de la clase, la profesora se nos presenta, y al principio de su exposición comenta que es la ex esposa del profesor original, con quien compartió 21 años de su vida y de cuya unión resultó un producto final de 3 hijos.


Nosotros, nos quedamos completamente asombrados. No es costumbre que un matrimonio separado mantenga tan buena relación como para seguir trabajando juntos. Pero, lo aún más impactante, fue que al cabo de 2 horas, el profesor llegó al salón, explicando que el avión que lo llevaría al compromiso por el cual se debía ir de la ciudad, no despegó por fallas técnicas del aeropuerto.


Entonces, comenzamos a ver cómo 2 seres que habían cancelado su vida en común unos cuantos años atrás, formaban un maravilloso equipo de trabajo para que entendiéramos la última clase de la útil herramienta de PNL. Era un verdadero ejemplo, en forma y fondo, la manera de entenderse para ver en qué momento hablaba cada uno sin interrumpir al otro.


Ambos sabían al pie de la letra el contenido de aquella lección. Parecían el equipo docente más perfecto que cualquiera haya podido conocer. En todo minuto, el buen humor dominó la sesión.

El divorcio es un enemigo conyugal. Pareciera que las personas van al altar pensando que si el asunto no se da, la separación inmediata es la mejor alternativa. Tanto así que antes de comprometerse, y “jurarse” amor y entrega eterna, cruzan los dedos y sellan un previo acuerdo en el que “si no funcionamos, cada quien se va por su lado”.


Esto no es así. Respeto mucho a las personas divorciadas. No son menos ni más. De hecho, las hay en mi familia. Pero el Matrimonio es un Sacramento, una vocación, instituida por la Iglesia Católica. Quienes se consideren practicantes a esta religión, y decidan formalizar su unión ante Dios, deben entender y cumplir las normas.


De no ser así, es mejor esperar un poco más, o no hacerlo. Lamentablemente, los venezolanos tendemos a seguir muchas cosas por costumbre o repetición social, dejando a un lado el deseo interior. Si papá y mamá se casaron por la Iglesia, o mamá quiere ver su hija vestida de blanco, esta lo hace por pura complacencia. No hay un verdadero conocimiento de causa.

Entre tanta gente que se separa, parece que desde tal momento se crea una situación de conflictos en la que los derrotados, siempre son los más importantes: los hijos.

Aunque no estoy casado, siento gran estima por quienes llevan una separación organizada. Veo con alegría cuando los papás de algunos buenos amigos, separados por mucho o poco tiempo, se reúnen a tomar café, o se saludan amistosamente recordando que del amor antiguo hubo excelentes consecuencias: los hijos.Ellos mismos comentan que “el hecho de estar separados no implica darle paso al resentimiento”.


Entre los ejemplos cercanos, la mayoría asegura que no es fácil. Pero el esfuerzo por la formación, cariño y armonía de los hijos, de la familia, ayudan a lograr la paz y el respeto.
Este deseo contribuye a alcanzar un cariño distinto con la persona que fue tu socia en la empresa familiar que una vez crearon con inmensa felicidad. Una empresa cuyas ganancias hay que invertirlas bien para que sigan dando mejores beneficios.


Ojalá que el divorcio no fuese opción para nadie. Pero en caso de que así sea, piensen más en sus hijos, en que se puede estar separado pero no aislado por completo.


Hasta el Dinosaurio Barney, personaje infantil de la televisión americana, muy querido por los más pequeños, enseña que Papa y Mamá pueden estar en casas distintas pero siempre querrán a sus hijos y serán my buenos amigos.


Sigamos éste ejemplo y el de los profesores de Neurolingüística.