martes, 25 de noviembre de 2008

Ricardo Alberto Gil Paris: ¨Un Gerente Familiar¨

Fue en el estado Lara, el 30 de abril de 1945, cuando fruto de la relación entre Don Rafael Ricardo Gil Rodríguez y Doña María Auxiliadora Paris Atencio de Gil, nació el 8vo hijo de nombre Ricardo Alberto. Eran en total 7 hembras y 3 varones. Hace 20 años papa Dios se llevó al primero, Luis Rafael, luego, a los 5 años, pasó lo mismo con el segundo: Gabriel José.
Así, transcurrieron 15 años en los que Ricardo se convirtió en el consentido de la familia, pues era el único varón vivo entre sus otras 7 hermanas. Una de ellas, Irene, desde la muerte de Gabriel, le comentó a viva voz ¨si te mueres te mato¨. El 17 de noviembre, Papa Dios lo contrató para trabajar en la hacienda del cielo.

Ricardo vivía en Guanare, en una pequeña y amena finquita desde donde coordinaba asesorías técnicas en animales bovinos, a varios ganaderos de la zona. También, tenía otras funciones de la misma naturaleza veterinaria en diversos lugares de Venezuela. De ahí que siempre permaneció largas horas en las carreteras del país. De sus 5 hermosos hijos, 3 hembras y 2 varones, 2 viven en Barquisimeto, 2 fuera del país, y uno en el propio Guanare. Ricardo Alberto fue un gerente familiar porque supo dar cariño y dedicación paterna a cada uno de sus engendrados, sin importar el lugar adonde estos se encontraran. También lo hizo con sus hermanas y casi 30 sobrinos. De todos estaba muy pendiente, a todos les regalaba una agradable llamada telefónica, a muchos los acompañó en momentos importantes de su vida. Con todos, mostró su cariño y apoyo.

Se valió de un inmenso aprovechamiento del tiempo para llegar, por ejemplo, a Valencia, y distribuir su rápida escala para compartir un rato con sus 2 hermanas de esta ciudad y sus respectivos sobrinos, antes de continuar su rumbo a la hacienda del Señor Wilfredo, en Paracotos. Era común ser despertado por Ricardo a las 12 am, o incluso más tarde, con un abrazo, una sonrisa típica de sus gestos y una invitación a tomarse un traguito disfrutando de sus cuentos y respondiéndole sus preguntas sobre lo último que habías hecho. Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Ricardo se levantaba para cumplir con sus obligaciones profesionales, aunque se hubiera acostado una hora antes. Siempre destacó en su área. Sus colegas lo afirman con lágrimas y palabras escritas tras su reciente desaparición física.

En lo personal, me enorgullece ser sobrino de Ricardo, prácticamente, de manera doble. Primero, compartió 5 años académicos de preparación profesional con mi también difunto papá. Según me contaron ellos mismos, estudiaron y, sobretodo, pasaron varias noches maracayeras disfrutando su juventud. Después, y por casualidades de la vida, mi papá conoció a la penúltima hermana de Ricardo, la misma del cuento ¨Si te mueres te mato¨, y al año posterior se casaron. Entonces, Ricardo fue el hermano y el cuñado. Por eso, le tomé un cariño especial.

Hoy día, sus nietos le recuerdan y extrañan por ser un abuelo extraordinario. Un hombre con tanto equilibrio que supo invertir responsablemente, entre tanta separación geográfica, el tiempo a sus distintos y variados compromisos laborales, familiares y sociales.

Ricardo Alberto Gil, en la culminación de sus 63 años de vida, me recuerda a un personaje de la obra literaria ¨La Iliada¨, de Homero, que se le consideraba perfecto padre, perfecto hijo, perfecto hermano. Además, el buen humor, la sencillez de sus palabras, la generosidad de sus comentarios y el desprendimiento sobre sus bienes materiales, lo enaltecieron como un hombre único.

Tampoco se puede olvidar un detalle curioso como el cariño y la amistad con sus 3 yernos: Elio, Libardo y Carlos. Por ahí decían, jocosamente, que la compañía de estos señores con su suegro, era digna de evitarse porque se alargaba y fortalecía de mucha parranda. No hay quien se no refiera a Ricardo Alberto como un hombre bueno, justo y entregado con sus seres queridos. Hasta por la música, especialmente el bolero, muchos de sus amigos le recordarán siempre.

Que Dios y la Virgen te cuiden y mantengan siempre en el cielo, junto a los abuelos, los tíos y todos aquellos seres que te recibieron allá con una suculenta carne en vara, en medio de una partida de dominó. Por fortuna, un mes antes de tu partida, pude despedirme de ti con un último trago, un fuerte abrazo, y un característico ¨te quiero mucho¨ de la familia Gil

Tus hijos, hermanas, cuñados, compadres, sobrinos, colegas, ahijados y amigos te llevaremos siempre en nuestro corazón….
Gracias por todo!!!!

Luis Daniel Ramírez Gil

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